Observado cada uno de los pasos
como quien dice, conocer poco a poco
ir investigando en diversidad de la mirada
notaba muchas veces algunas pequeñas anomalías que
cualquiera puede tener, en especial, aquel.
Divisando los complejos y acciones
cuyas respuestas a las interrogantes eran subliminales
a la vez que transmitían agrado, confusión y desagrado
era demasiado evidente el interés por un poco de atención.
Con una sagacidad múltiple, demostraba cada vez más
lo mucho que le interesaba ser aquel Rey Arturo
que logró retirar la espada de Excalibur y ser parte de la mesa redonda.
Según andaba oscuramente en el buen trecho
hasta que,,, la gota de tinta negra mancho el lienzo
en el cual pintaba mis lúgubres maravillas
la poca decencia, vergüenza, carencia de pundonor y una situación embarazosa
fue la que ocasiono que el vino tinto de mi copa se vierta
a causa de que esta se rajó y quebró terriblemente.
Definitivamente, no me gustó; y por la otra parte (el otro extremo), tampoco.
En una mezcla de intuición y turbación
cuando entra en tela de juicio la conciencia y la emoción
a consecuencia de lo débil que puede ser...
por ambos extremos,,, NO ME PARECE.
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