Hallada en la totalidad de la penumbra
simulo un estrambótico alarido
proviniendo de las gargantas estallidas
de los agrios labios a la umbría
Mi cuerpo quebrante tal cuál vaso frágil vaso de cristal,
destilando por el calor, aquella sal que endulza amargamente en la oscuridad
Con las manos frías al viento, miro el reflejo de tu cuerpo estancado en la sombra del océano
Tus ojos nocturnos e inciertos,
tan profundos como la inmensidad de los mares
en una noche de abril, que me lleva a la infinidad cubierta de tu alma
Ay mi corazón! como fluye tinta carmesí por ti..!!
Recuerdo un sueño, un sueño en el cual soñaba
fúnebres anhelos del corazón; grietas,
grietas que se abren al respirar profundamente un frió aire;
aire, aire que gota a gota el hielo que destila mi alma se vuelve nada;
nada, nada más que divisar a lo lejos de esta flotante habitación; yo lo sé.
Yo sé... yo sé que no voy sola, estoy contigo y contigo
no tengo nada y a la vez lo tengo todo, porque Tu eres Todo, mi TODO.
No permitas que mi ingratitud y mi indiferencia gobierne en mi; porque quiero que seas TÚ el anhelo de cada amanecer, fría mañana, en la cuál apareces entre la niebla...
